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  • : CAPMA
  • : COLLECTIF POUR L'AUTONOMIE DU PEUPLE MAPUCHE ( CAPMA ) * Le CAPMA est un collectif autonome qui s'oppose radicalement à l'impérialisme, au colonialisme, au capitalisme et condamne toute forme d'exploitation, de discrimination et de domination.
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4 avril 2008 5 04 /04 /avril /2008 01:17

Las temporadas estivales serán de gran impacto a la pequeña agricultura, frutícola y ganadera del País ante la falta de agua siendo una de las causas el cambio climático. Sin embargo el problema se incrementa aún más con la expansión de industrias que acelerarán estos conflictos y a los cuales se les sigue dando luz verde para la destrucción y saqueo ( A propósito de CELCO – ARAUCO).

La industria Forestal – Celulosa con la expansión de sus plantaciones a gran escala de especies exóticas; La minería y su extrema usurpación de las aguas y la grave contaminación; Y las represas de ríos por proyectos hidroeléctricos, serán crecimiento de unos pocos y el incremento de empobrecimiento a vastos sectores de Chile, principalmente rural, donde hasta el momento, estaba la soberanía y seguridad alimentaria del País.

A continuación, el reflejo que una de estas industrias está provocando severos daños en Chile y sus habitantes: La industria Forestal – Celulosa.

 

Conflicto Industria Forestal y La lucha por el agua en territorio mapuche.

 

* Por Alfredo Seguel

 

Una de las principales razones del conflicto Forestal y Movimiento Mapuche, es por territorialidad. Una importante parte de los territorios que se reivindica por las comunidades está en poder de las Empresas, ya sea por reclamaciones ancestrales o de usurpación directa.

 

Asimismo, la expansión forestal en el territorio ancestral Mapuche ha sido una afrenta al Derecho Propio, la Cosmovisión y Cultura de un Pueblo Nación originaria. La arremetida de la industria se ha convertido en un símbolo de neo colonialismo y contaminación social.

 

En los territorios donde se emplaza la industria Forestal son muchos los impactos transversales a la realidad no solo Mapuche, sino también chilena y no necesariamente rural. Algunas de las consecuencias denunciadas son:

 

Desplazamiento del Bosque Nativo; Pérdida de los Recursos hídricos, superficiales y subterráneos que ha sido una de las constantes denuncias entre la IX y X regiones (Los monocultivos exóticos actúan como verdaderas bombas de agua); Uso indiscriminado de plaguicidas y contaminación de ecosistemas; Acorralamiento de comunidades rurales por los monocultivos; Destrucción de caminos rurales y polución por el tránsito de la maquinaria pesada, principalmente en tiempos de cosecha; Pérdida de Flora y Fauna (también plantas medicinales y alimenticias) ante el desplazamiento del Bosque nativo y ecosistemas; Suelos ganaderos y agrícolas reemplazados para la introducción de forestales industriales lo que conlleva a la perdida de soberanía y seguridad alimentaria; Transgresión de lugares sagrados; Aumento emigración (disminuye fuente laboral) y pobreza en lugares de alta concentración Forestal; Acusaciones por auto atentados de incendios forestales que han involucrado a grupos de seguridad de estas y que han quedado en la impunidad; expansión de la industria de Celulosa y sus impactos contaminantes en diversos territorios, incluidas zonas costeras.

 

Los dos principales grupos económicos responsables de esta situación son: Grupo Matte, propietaria de CMPC, con más de 600.000 hectáreas plantadas que entre otras, dependen Forestal Mininco y diversas celulosas. Asimismo, está el principal de esta industria, el Grupo Angelini, cuyo Holding COPEC, del cual dependen Forestal Arauco entre otras y varias celulosas, controla un millón de hectáreas en Chile.

 

La invasión Forestal y sus consecuencias Políticas

 

Esta situación comienza a consolidarse desde el Gobierno Militar allá con posterioridad al año 1975 hasta nuestros días.

 

La actividad forestal se inserta en un modelo económico sobre explotador del territorio histórico mapuche. La red - agua - vegetación se encuentra gravemente afectada y sistemáticamente aumentan los daños provocados por las plantaciones del pino y eucalipto ante el desequilibrio ambiental ocasionado por la erosión progresiva del suelo, alteración de los regímenes hídricos y una creciente contaminación, situación que ha obligado a las emigraciones mapuches desde las comunidades rurales.

 

El avance de la invasión forestal de monocultivos de especies entre las regiones del Bio Bio a la de Los Lagos, trae consigo el etnocidio territorial Mapuche. La falta de tierras, la destrucción cultural y ambiental en el ecosistema de las comunidades colindantes con las plantaciones, hace que muchos se levanten en su autodefensa.

 

Diversas comunidades Territoriales han despertado para evitar el exterminio, sin embargo el poder económico de las empresas, bajo el fomento y protección del Estado chileno reprimen toda movilización mapuche por medio de los tribunales, policía y acciones de terceros.

 

Centenares de detenidos, procesados y condenados; decenas de heridos; miles de movilizados, es el saldo y resultado de múltiples movilizaciones mapuche para recuperar el terreno usurpado y frenar la expansión de las empresas forestales.

 

Territorialidad y Agua

 

El concepto de territorialidad mapuche engloba de manera integral todos los recursos naturales: suelo, agua, riberas, subsuelo, bosques, etc. En cambio, el concepto jurídico chileno desvincula estos elementos en distintos regímenes de propiedad y concesión a particulares. En relación al caso de los recursos naturales mapuche, sólo el suelo es protegido y considerado por la ley indígena, (artículo 13º), pero que frente a políticas de inversión esto lisa y llanamente no se ha cumplido (caso Represa Ralco, by pass, carretera de la costa, entre muchos otros). .Asimismo, el resto de los recursos naturales se regulan indistintamente: Código de agua, Código de Minería, ley de pesca, Constitución política, etc.

 

Ya por el año 1996, el historiador Mapuche Víctor Toledo Llancaqueo, hacia ver esta situación en su trabajo "Todas las Aguas" (el subsuelo, las riberas, las tierras / diciembre 1996), alertando sobre la desprotección de derechos Mapuche en sus recursos como una cuestión gravísima, analizada desde una perspectiva de principios de territorialidad. Pero también lo es, como el mismo lo afirma, si se miran sus repercusiones en un enfoque pragmático de viabilidad y sustentabilidad en programas de desarrollo en Comunidades mapuches. Hasta ahora, el subsuelo, aguas y riberas de los territorios mapuche, siguen regulados por las mismas normas que rigen en el resto del territorio chileno. Los derechos indígenas sobre esos recursos no están expresamente protegidos. Con relación a las aguas, la Ley 19.253 tácitamente asume que los derechos sobre las mismas deben regirse por las legislaciones respectivas vigentes (Código de Aguas y Ley de Pesca), sin establecer un tratamiento distinto.

 

La Ley posibilita destinar recursos de los Fondos de Desarrollo para constituir y adquirir derechos de agua ( Art.20.a, ley indígena), y financiar la obtención de concesiones de acuicultura (Art.23c., ley indígena), sin embargo, han sido medidas insuficientes e inoperantes, por cuanto no existe un reconocimiento expreso, desvinculándose de la unidad natural de los Recursos para el mapuche. En la actualidad la mayoría de los Derechos sobre los recursos hídricos que adyacen a las comunidades se encuentran inscritos principalmente a nombre de empresas y latifundistas.

 

En efecto, la situación de desprotección de las aguas es una de las que presenta las mayores consecuencias negativas para el desarrollo mapuche, basta mencionar las limitaciones para acceder a proyectos o programas destinados a la recuperación de suelos, programas de riego o microriego.

 

Los impactos del modelo forestal en los recursos hídricos

 

Durante los días 21, 22 y 23 de marzo del 2006, organizaciones y Comunidades Mapuche realizaron una masiva manifestación ante la destrucción ambiental generada por empresas forestales, entre ellas, la pérdida del agua a causa de las expansión de especies exóticas como el pino y eucaliptos.

 

Dicha marcha de 3 días, que salió desde el territorio nagche (Lumaco, Traiguén, Los Sauces), hacia la capital regional, (Temuco), congregó a cerca de 500 personas por las calles de esta ciudad, que fue encabezada por la Asociación Ñankuchew y apoyada por la Coordinación de identidades territoriales Mapuche (CITEM), donde reclamaron por los diversos impactos atribuibles a las plantaciones industriales de pino y eucaliptos en Chile, siendo en uno y otro lugar la pérdida de los recursos hídricos o implicancias a estos, tales como cursos de agua afectados por sedimentación, cambios de caudal, disminución de oxígeno disuelto y contaminación con agroquímicos, entre otras. La sequía es uno de las principales situaciones de denuncia en zonas rurales.

 

Zonas con alta concentración de plantaciones exóticas, como Lumaco, Ercilla, Traiguén, Los Sauces, Purén, Angol, Chol Chol, Galvarino, Nueva Imperial, entre otras localidades, han sido consideradas de catástrofes a causa de las sequías, principalmente en temporada estival, en que napas, esteros, manantiales y ríos disminuyen notablemente su caudal, incluso algunos se han secado, lo que se ha relacionado producto de la succión que hacen las plantaciones de pino y eucalipto, ya que como se ha dicho, requieren de una enorme cantidad de agua para su crecimiento, hecho que se convierte en una situación irracional si considera las frecuentes y persistentes precipitaciones que mantiene esta Región en gran parte del año.

 

Para el movimiento mundial de Bosques tropicales, WRM, en su campaña contra las plantaciones y ante los impactos que estos generan sobre el agua, señalan que todas estas plantas exóticas, industriales y en monocultivo, funcionan como bombas de agua: los nutrientes del suelo son transportados hacia las hojas disueltos en agua. A mayor rapidez de crecimiento, a mayor tamaño de la planta y cuanto mayor sea el área que ocupen, mayor será el volumen de agua utilizado. Sin embargo, en la mayoría de los países, los "expertos" forestales niegan tal hecho, incluso cuando las poblaciones locales denuncian el agotamiento de los recursos hídricos vinculado a las plantaciones.

 

En efecto, Según un estudio de la FAO (1987), la evapotranspiración real de una plantación de eucaliptos aproxima los 1000mm/año, para un régimen de lluvia superior a 1200mm/año. Para las zonas más húmedas la evapotranspiración aumenta y puede alcanzar los 1500mm/año. Estudios comparativos han mostrado que la evapotranspiración para una plantación de pinos es, aproximadamente, igual a la observada en plantaciones de eucaliptos, que bordearía unos 10 mm agua diarios. También ha habido algunos estudios en Chile en este sentido.

 

 

La Amenaza de la Celulosa al Gran agua: El mar

 

Como consecuencia de este modelo, la destructiva industria de Celulosa se viene expandiendo, propiedad de estos mismos grupos económicos como las de Angelini: Nueva Aldea, Celco, Licancel, Constitución, Arauco, Valdivia; O bien, la del Grupo Matte: Laja, Santa Fe, Pacífico-Mininco, que son un ejemplo de estas consecuencias cuyos impactos hace rato han quedado a la vista y que detonan con la destrucción del Río Cruces en Valdivia y así sucesivamente, en diversos lugares en Chile y en distintos ecosistemas, como es actual amenaza al litoral.

 

La Industria de Celulosa se proyecta en aumentar su capacidad y en la construcción de nuevas instalaciones, estimándose que por cada 150.000 hectáreas de plantaciones, se requerirá una industria de esta naturaleza, lo que pone en grave riesgos a estos territorios y sus poblaciones.

 

Algunos de estos problemas inevitablemente derivan en conflictos al resistirse legítimamente las comunidades y poblaciones a que se siga afectando su calidad de vida y un claro ejemplo de esto, es la Celulosa. Asimismo, lo que acontece en ese sentido demuestran los niveles de intervención de los grupos económicos que son amplísimos en Chile. Sus redes empresariales y familiares han demostrado enorme capacidad de influencia sobre partidos políticos, poderes públicos, autoridades y medios de comunicación, dejando en el absoluto desamparo a grupos sociales víctimas de estas inversiones y sus efectos.

 

Un ejemplo de esto, es lo ocurrido entre los años 1996 y 1998, donde la empresa Arauco del Grupo Angelini pretendió la instalación de un ducto para evacuar sus desechos líquidos al mar. La opción del ducto ya había sido tomada, y esto significaba la descarga de los efluentes líquidos al mar, en el sector de la bahía de Maiquillahue, localidad de Mehuín, a través de una tubería subterránea de un metro de diámetro y treinta y cinco kilómetros de longitud, y finalmente la descarga de los riles mediante un emisario submarino de un kilómetro y cuarenta y cinco metros que se internaría a unos quince metros de profundidad. Sin embargo, ante la resistencia y permanente movilización de diversos sectores ambientalistas, pobladores, pescadores artesanales y comunidades Mapuche, finalmente el proyecto se desechó y Maiquillahue de Mehuín logró salvarse. Ante esa situación, la Comisión Regional del Medio Ambiente (COREMA) sugirió entonces a la empresa instalar una planta de tratamiento terciario de los residuos o, bien, la construcción de un ducto para eliminarlos en otra fuente de agua. La planta contaba con el apoyo público de las autoridades nacionales y regionales de la época, instalándose finalmente en el río cruces lo que acarreó el ecocidio de dicho santuario de la naturaleza y serios trastornos ambientales, sociales y económicos a las comunidades y población del sector.

 

1996 al 1998 duró la guerra de Mehuín. El grupo Angelini finalmente anunció su retirada del proyecto de descargas al mar. Se habló de aplazamiento y volvió, sigilosamente, pero esta vez en el río cruces. Las consecuencias están a la vista. Lo del santuario a la naturaleza le dio la razón a las comunidades de Mehuín y Maiquillahue. No le creyeron a la empresa, no le creyeron al Gobierno ni a los políticos.

 

El ecocidio del río cruces se conoció local e internacionalmente por la muerte de miles de cisnes ocasionado por los desechos de la planta de celulosa Celco de empresa Arauco. La planta ubicada en el predio Las Rosas y Traiguén, a seis kilómetros al sureste de la localidad de San José de la Mariquina, provincia de Valdivia, X Región, a quinientos metros de la ribera sur del río Cruces y a unos treinta y dos kilómetros aguas arriba del Santuario de la Naturaleza “Carlos Anwandter”, recientemente fue responsabilizada de dicha destrucción en un informe científico de la Universidad Austral de Valdivia, quien, entre otros puntos, concluyó, “que las actividades de la Planta Valdivia de CELCO han incidido de forma significativa en los cambios ambientales que han ocurrido en el humedal del río Cruces durante el último año”.... Agrega el informe... “Para el caso de la avifauna, se tiene que tres de las aproximadamente 30 especies conocidas para el humedal se han visto afectadas, ya sea por mortalidad o emigración (el Cisne de cuello negro, la Tagua y la Taguita)”.... Continúa en otro punto ....”el diagnóstico aquí presentado, solo se refiere a la situación actual y no puede utilizarse para argumentar que cambios futuros no puedan ocurrir a más largo plazo, como producto de los cambios, por ejemplo, en la calidad del agua del río Cruces que han ocurrido en el último tiempo”....

 

Además de esta situación, la población del sector, donde hay varias comunidades Mapuche, ha tenido serios problemas de salud y corre serio riesgos a futuro, según señaló un experto en toxicología de la Universidad de Chile, Dr. Andrei Tchernitchin ante la contaminación con dioxina del río cruces .... “La ingesta de aguas con dioxinas o la exposición a temprana edad produce infertilidad, produce una feminización y demasculinización de individuos de sexo masculino, además de alteraciones conductuales neurológicas. Para ser más claro, lo mismo que todo el mundo vió en los cisnes con daño neurológico se va a producir en los seres humanos”, alertó el miembro del directorio del Colegio Médico”, indicó en abril del 2005 a Aldea comunicaciones.

 

Luego de esta destrucción, nuevamente el Grupo económico va por el Litoral, rompiendo la organización de resistencia de Mehuín, causando contaminación social, sometiendo al estado y atentando gravemente a los Derechos de las comunidadesd Lafkenches que serían las principales afectadas, ya que no solo se trata de sustento, sino de cosmovisión y espiritualidad.

 

Por otra parte, mientras este conflicto nuevamente se activa desde fines del 2005 hasta el presente, donde incluso la armada de guerra ha disparado a los pescadores para imponer estudios que la empresa debía hacer, en medio de la resistencia de los de Mehuín, Celco comenzaría la destrucción del Borde costero con un nuevo ducto en la Región del Bio Bio, esta vez, con la planta Nueva Aldea, lo que afectaría gravemente al Valle de Itata y Cobquecura.

 

Derechos Territoriales y Recursos naturales

 

Los pueblos tienen derecho al reconocimiento de su propiedad y de los derechos de dominio con respecto a las tierras y territorios que ocupan históricamente, así como al uso de las tierras a las que tradicionalmente han tenido acceso para la realización de sus actividades tradicionales y de sustento. Estos derechos, también comprenden las aguas, mares costeros, la flora, la fauna, el subsuelo y los demás recursos de ese hábitat, así como de su medio ambiente, preservando los mismos para sí y futuras generaciones, así lo manifiestan en el caso indígena instrumentos internacionales de Derechos como el Convenio 169 de la OIT y la Declaración de Naciones Unidas sobre Derechos de los Pueblos Indígenas. Por su parte, la Ley Indígena en Chile, la 19.253 se refiere

 

Asimismo, en base a lo que sostiene la Declaración, en virtud de la Libredeterminación, es fundamental establecer mecanismos jurídicos, políticos y administrativos de protección sobre las tierras y territorios indígenas que ocupan o utilizan históricamente, de manera permanente, exclusiva, inalienable, imprescriptible, inexpropiable e inembargable. También, se refiere a la necesidad que el estado, Reconozca y garantice los derechos de los Pueblos indígenas a los Recursos naturales existentes en sus tierras y territorios los que deberán protegerse especialmente. Estos derechos comprenden en la utilización, administración y conservación de dichos recursos.

 

En definitiva, el Derecho territorial como base de las aspiraciones y reivindicaciones Mapuche para un bienestar social y colectivo, es así mismo el Derecho a la protección y acceso a los recursos naturales. Su actual desprotección está haciendo crisis frente a un modelo económico basado en la competitividad y la sobre explotación por parte de grandes empresas, siendo la Ley indígena, un instrumento insuficiente e inoperante para proteger efectivamente a las comunidades, sus tierras y recursos.

 

Sin embargo, en Chile, ha existido una violación constante sobre los Derechos y territorios Mapuche. La situación que se ha venido enunciando constituye un serio contraste respecto a la imagen internacional de Chile, que destaca su perfil de país respetuoso de los derechos humanos, y con altos índices de desarrollo humano, después del retorno de la democracia.

 

Ciertamente en el contexto internacional puede ser altamente “valorable” un País con una “transición democrática estable” y que exhibe elevados índices de crecimiento económico, y que aborda las herencias de violaciones de derechos humanos cometidas en tiempos de dictadura. Sin embargo tal imagen construida diplomáticamente, ha formado un consenso internacional que invisibiliza la otra faz del denominado “modelo chileno”: las violaciones de los derechos y territorios indígenas y la criminalización y judicialización de las reclamaciones de tierras y de la defensa de derechos.

 

En efecto, los conflictos por tierras, espacios y recursos, que dieron origen a las denuncias de violaciones de derechos que han llegado a conocimiento de diversos órganos internacionales, responden a un patrón común de protesta mapuche y represión oficial frente a los impactos de un proceso de “modernización compulsiva” cuyas consecuencias en términos de vulnerabilidad de los derechos indígenas han sido largamente ignoradas por las autoridades.

 

Es necesario analizar en profundidad estas situaciones y poder establecer nuevas formas de articulación, alianzas, estrategias de colaboración y defensa o de intercambios de información entre sectores sociales organizados que han sido víctimas de este modelo Forestal o que se resisten a sus impactos e inversiones, como también, de organizaciones concientes y comprometidas con el trabajo de resguardo, promoción y ejercicio de los derechos.

 

Considerando esto, sus proyecciones y necesarias transformaciones, resulta fundamental, ante el abandono de parte de la institucionalidad pública para resguardar los derechos colectivos en el caso del Pueblo Mapuche y chileno, que sean las propias comunidades, las poblaciones, las organizaciones sociales quienes deban asumir los grandes desafíos de articularse para defender y ejercer sus derechos, de manera autónoma, amplia, representativa, efectiva, horizontal y solidaria. El aislamiento, el vanguardismo, el caudillismo y el individualismo frente a estas grandes luchas y desafíos, solo están destinadas al fracaso o en el último de los casos, a logros mediático, pero manteniendo el mismo modelo y sus consecuencias.

 

 

 

*** Alfredo Seguel es de Temuco, integrante de la Agrupación Konapewman y editor general del informativo Mapuexpress – http://www.mapuexpress.net

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